Las autoinstrucciones nacen en los años 60 de la idea de Donald Meichenbaum de asociar la técnica de solución de problemas en el modelo de Aleksandr Lúria, que reconoce el lenguaje interno como «director y controlador «del comportamiento.
¿En qué consiste el entrenamiento en autoinstrucciones?
Es una técnica mediante la cual el sujeto se da a sí mismo un conjunto de órdenes o instrucciones para la regulación autónoma de la propia conducta. El objetivo de este entrenamiento es enseñar a del niño y al adolescente una forma de actuación rápida y eficaz para lograr el éxito en una tarea o en una conducta.
La mayoría de niños hacen este proceso de manera automática, pero los niños con dificultades lo han de aprender, la han de entrenar. Desde las primeras aplicaciones de las autoinstrucciones, que se hicieron en niños hiperactivos, se ha puesto de manifiesto la eficacia de esta técnica aplicada al tratamiento de niños impulsivos, con déficit atencional, con falta de autocontrol, con trastornos de ansiedad y con dificultades de aprendizaje en general.
En el ámbito educativo también se ha utilizado con éxito para introducir y automatizar hábitos y procedimientos de trabajo no sólo con niños con dificultades, sino con todos los alumnos y de forma grupal.
El procedimiento completo consta de cinco fases
I. Modelado cognitivo: El adulto (terapeuta o educador) actúa como modelo y lleva a cabo una tarea mientras va diciendo en voz alta cada cosa que hace.
II. Guía externa en voz alta: El niño lleva a cabo la misma tarea propuesta por el adulto mientras este verbaliza las instrucciones.
III. Autoinstrucciones en voz alta: El niño lo vuelve a hacer mientras se va diciendo a si mismo en voz alta las instrucciones para resolver la tarea.
IV. Autoinstrucciones enmascaradas: El niño lleva a cabo la tarea y verbaliza las instrucciones en un tono de voz muy bajo.
V. Autoinstrucciones encubiertas: El niño guía su propio comportamiento a través de instrucciones internas, mientras va desarrollando la tarea.
Las autoinstrucciones se refieren a diferentes elementos, según el tipo de trabajo.
- Autointerrogación: ¿Qué tengo que hacer? ¿Qué he entendido? ¿Qué me preguntan? ¿Qué datos tengo? ¿Y si lo hago de otra forma?
- Análisis de tareas: ¿Cuáles son los pasos a seguir? ¿Cuál es el primer paso? ¿Cuál es el paso siguiente?
- Autocomprobación: Repasaré este paso porque no estoy seguro de haberlo hecho bien. Comprobaré si el resultado es lógico de acuerdo con aquello que me pedían. Respasaré todos los pasos.
- Autorefuerzo: «¡Me está saliendo muy bien!», «¡Ahora, mucho mejor!», «¡Hace cinco minutos que no me levanto de la silla!», «¡Lo he conseguido por mi mismo!», «¡He descubierto el error y lo he corregido: fantástico!». (INTEGRATEK).